La pareja de amigas lesbianas

Queridos amigos y amigas, el fin de semana pasado varias parejas alquilamos una casa rural en la Sierra Norte de Madrid. Lloviendo salimos de la ciudad y la lluvia nos acompañó hasta nuestro destino. Íbamos cargados de provisiones para pasar los dos días y medio de descanso, que permaneceríamos allí. También teníamos previsto bajar al pueblo, visitar los bares y hacer algunas excursiones por la zona. Llegamos por la tarde al caserío como pudimos, cruzando con nuestros coches, una rambla que en ese momento a pesar del agua que llevaba, era transitable. Anocheciendo, nos llamó el dueño del cortijo al móvil de contacto y nos dijo que estábamos aislados, que no intentáramos cruzar de ninguna de las maneras la rambla, ésta venía crecida con muchísima agua. También nos dijo que si nos hacía falta algo que él vendría con su todo terreno cuando la crecida pasase. Le dijimos que no era necesario que viniese, pues teníamos de todo y nos dispusimos a pasar la velada en el acogedor salón, al calor de la chimenea.
Cenamos y bebimos un poquito más de la cuenta como suele ocurrir en estos casos y como no había electricidad, decidimos entretenernos narrando cada uno una historia o algún hecho curioso que nos hubiera sucedido a nosotros o a alguien próximo. Nos estábamos riendo con la ocurrencia de la propuesta, cuando mi mujer muy animada, se arrancó con la narración de la primera historia:
“ LA HISTORIA DE ANA Y ELENA”

1.ELENA:

Ana y Elena fueron en una época, las dos amigas inseparables de mi mujer que se llama Adela. Estudiaban COU y tendrían por esa época dieciocho años. Mi mujer era un poco menor que ellas y tendría en ese momento unos diecisiete años. Yo escuchaba la historia con atención, pues las llegué a conocer y disfruté de una amistad bastante estrecha con ellas, después de que sucedieran los hechos que mi mujer se puso a relatar. Antes de empezar la narración propiamente dicha, voy a pasar con vuestro permiso a haceros una breve descripción de las dos amigas de mi esposa. Ana era pequeña, graciosa y muy divertida. Aunque era muy sensible, siempre estaba de buen humor y todo se lo tomaba a guasa. Era morena de pelo y de piel, menudita, con ojos muy vivos y muy guapa de cara. Elena era grande, rubia, decidida y sensual. Era más seria que Ana, aunque le gustaban más que a su amiga la marcha y las fiestas. Los rasgos de la cara eran un poco más duros que los de Ana, pero sus curvas eran tremendas. Sus increíbles y llamativos senos, sus sensuales caderas y la curvita de su barriga eran como para pedir pan y mojar. Respecto a las preferencias sexuales de cada una he de decir que Ana suspiraba por las mujeres y a Elena, por el contrario, le encantaba ligar con los hombres. Como he dicho, las tres estudiaban COU y eran compañeras de clase.
Al instituto en el que estudiaban, llegó ese año un profesor joven de Literatura que no pasó desapercibido precisamente al alumnado femenino del centro. Era alto, joven y simpático y como es natural causó estragos entre sus alumnas e incluso entre algunos de sus alumnos. Elena lógicamente no sólo fue una más, sino la más encandilada con el nuevo profesor de Literatura que se llamaba Pablo. Elena ese curso, se sintió muy interesada por la actividad académica y Ana se reía porque sabía la causa de ese interés inusitado de su compañera.
Pablo, el profesor de literatura estaba casado con Elisa, nueva profesora también del instituto, pero ella de Historia del Arte. Hacian muy buena pareja. Siempre estaban grabandose con el movil o con la cam del ordenador. Elisa era una mujer delgada, guapa y muy inteligente. Se la veía muy enamorada de su marido. Ana desde el primer momento que la vio se quedó prendada. Para ella era preciosa, sensible y sobre todo le encantaba el estilo que tenía, tanto en su forma de vestir como en la manera de moverse. Yo disfrutaba de la historia conforme la contaba mi mujer pues todos los personajes de la historia eran conocidos para mí. Yo estudié con ellas en el mismo instituto. Elena y Ana, según contó Adela, se pasaban horas y horas fantaseando con lo que harían cada una si hubieran podido disponer libremente de sus profesores de Literatura y de Historia respectivamente. Las dos se arreglaban muchísimo para ir a las clases, sobre todo los días que les tocaba a una Literatura y a la otra Historia del Arte. Elena de sentarse en los pupitres del fondo de la clase, se cambió a la primera fila. Con falditas cortas de pliegues y con camisas bien escotadas, notaba como Pablo el profesor solía no quitarle, disimuladamente, ojo de encima e incluso a veces, con sus audaces comentarios, hizo que se trastabillase en alguna de sus exposiciones. Elena comprendió que ella no le era indiferente. Era de esas parejas de amigas que se vuelven lesbianas. A veces al acabar las clases con algún pretexto retardaba un poco su salida, para quedarse un momento a solas con él. En teoría era para consultarle alguna duda o preguntarle sobre cualquier tema. Eran estratagemas para disfrutar a solas de él, de su aroma y del nerviosismo que su proximidad le provocaba. Un día acudió a clase con tacones, pantalón vaquero muy ajustado y una camiseta estampada de tirillas que dejando ver sus torneados hombros, ofrecía casi en su totalidad el canal de su pecho y destacaba maravillosamente la espectacular disposición y tamaño de su delantera. Todos sus compañeros y compañeras quedaron sorprendidos con su aspecto y la piropearon con ganas, pero el que más turbado pareció con su apariencia, fue su profesor Pablo. Ella con mucho desparpajo se dirigió a él diciéndole si él también la veía guapa. Pablo, ante tan directa e incómoda pregunta, se quedó sin palabras y hasta llegó a sonrojarse un poco.
A pesar del vacío que a partir de ese momento creó Pablo entre ellos, Elena en vez de cejar en su empeño, puso más interés en intimar con él. Un día en la hora de tutoría Elena fue a ver a Pablo a su despacho, éste se quedó sorprendido al encontrársela pues no la había citado. Elena se sentó frente a él y le declaró lo que por él sentía. Pablo, le dijo que eso era algo normal en esas edades. Estaba impresionada por su rol de profesor, pensaba que lo había idealizado y que si luchaba contra ese impulso, tarde o temprano se daría cuenta de que era algo infantil y lo superaría. Elena sintió que no podía dar marcha atrás y puso toda la carne en el asador, nunca mejor dicho, se abalanzó sobre Pablo y lo besó en la boca, él no sabía que hacer, se encontraba fuertemente abrazado por su alumna y no sabía donde meterse ni que hacer con sus manos. Yo pensé en lo bien que me masturbaba viendo aquella pagina de parejas cam donde salian chicas amateur follando y me excitaba mucho. Pero volviendo al tema. Ella decididamente le agarró su mano izquierda y la apoyó en su turgente seno. Poco a poco las fuerzas de Pablo se fueron esfumando y sin pretenderlo se encontró enganchado a Elena, besando con ganas sus sensuales labios y apretando su pelvis contra su delicioso monte de Venus. Pablo, se tomó un respiro y colgó en la puerta por fuera el cartel de ausente, cerrando su despacho con llave. Mientras tanto, Elena se había despojado de su camisa y del precioso sujetador que se había puesto para la ocasión. Cuando Pablo se volvió y la vio con el torso desnudo, se quedó mudo, nunca había visto unos pechos tan hermosos como aquellos. Eran de una exuberancia sublime, sólo por verlos ya valía la pena vivir la embarazosa situación en la que que se encontraba sumido. La besó con pasión, con una pasión desatada, saboreó sus labios, su cuello y bajó a sorber el dulce néctar de sus embriagadores pechos. Sus aureolas eran grandes, redondas y de un precioso color miel como sus ojos. Ella mientras él la llenaba de besos, le fue despojando de su ropa, que como la de ella, quedó esparcida por el suelo enmoquetado del despacho. Mutuamente se fueron despojando de lo accesorio y quedaron maravillosamente desnudos uno frente a otro y fuertemente abrazados. Él la subió sobre la mesa del despacho y tumbándola boca arriba le lleno su sensual cuerpo de caricias. Le besó con auténtica adoración, su erótica barriga y se entretuvo gustoso en su delicioso y perfumado monte de Venus. Con la lengua le recorrió sus voluptuosas ingles y le abrió la vulva. Elena se encontraba muy húmeda y a él le gustó y le estimulo muchísimo sentir así su disposición y su entrega. Se entretuvo jugando tiernamente con su excitado clítoris. Ella gemía y se convulsionaba víctima de un inmenso placer. Él saboreaba el sensible botoncito como si de un dulce de fresa se tratará. Acomodó su excitada verga en la entrada de la vagina de ella y con suavidad pero con determinación hundió el rosado glande en su deseada hendidura. Ella emitió un sonoro quejido que quedó silenciado por el sensual beso que él diestramente depositó en sus labios. Todos los músculos de su cuerpo se contrajeron al unísono, pero él con mucha delicadeza la acarició y sin sacar el pene de su maravilloso cuerpo, le concedió un respiro. Cuando ella se relajó un poco, empujó muy despacio hasta que el miembro se introdujo entero en el interior de su alumna. Ella, se sintió muy feliz, al ser penetrada por el hombre que amaba y en una situación erótica casi de fantasía. Él comenzó un movimiento de vaivén con la pelvis que facilitaba la salida y la entrada del miembro en toda su longitud. La joven y elástica vagina de ella se adaptó magistralmente al volumen y profundidad del hermoso miembro de él. Ella quiso participar activamente del momento y se incorporó sobre la mesa. En posición de sentada se abrazó muy fuerte a él y facilitó la penetración total. Él la cogió en peso y apoyándola en su cintura la penetró hacia arriba con todas sus fuerzas. Ella abrazada a su cuello permanecía colgada de él. En un determinado momento, él vencido por la tensión de la situación le producía y cansado por el esfuerzo de tenerla elevada, comenzó a sentir el cansancio y el decaimiento que acompañaron la llegada del culmen del placer. La pareja siguio gozando y follando de placer. Ella estaba plenamente enloquecida con la polla de su chorbo. Se agarró a ella con fuerzas y tras una penetración profunda, se dejó descargar dentro de su cuerpo con varios espasmos continuos que inundaron totalmente la dulce cavidad que ella tan gustosamente le había ofrecido. Ella muy pendiente de él, sintió el abultamiento del pene dentro de su vagina momentos antes del vaciado y la posterior relajación de los músculos de su cuerpo. Aunque no había podido llegar a tiempo, disfrutó el momento de placer de él como si hubiese sido el suyo. Un par de lágrimas furtivas de felicidad se escaparon de sus hermosos ojos brillantes. Él suavemente la posó sobre el escritorio y se dejó caer sobre su pecho, ella tiernamente le abrazó y así enlazados permanecieron la dulce pareja durante un buen rato.

A partir de aquella tarde todo fluyó entre ellos armoniosamente, muchos fueron sus encuentros y enorme su complicidad. Ella aceptaba que él era un hombre casado y que sus relaciones solo podían ser esporádicas, yo sabía que quedaban para emitir sus relaciones sexuales amateurs por la cam, aunque conforme iba pasando el tiempo éstas se hicieron cada vez más frecuentes. A parte de los viajes de él, se suponía que por motivos de trabajo: ciclos, conferencias, seminarios, etc… Él era forofo del equipo de fútbol de la ciudad, por lo cual todos los domingos, si el equipo jugaba en casa, o todo el fin de semana si el partido era fuera, los tenía a su disposición para pasarlos con Elena sin que su mujer sospechara nada. Para ello Pablo, había alquilado en la ciudad, un bonito estudio que les servía de nidito. Este amor se mantuvo durante unos dos años para finalmente irse apagando lentamente como se apaga la llama de una vela cuando toda la cera se ha consumido.

2. ANA:

Ana como ya hemos dicho se quedó prendada de Elisa, la nueva profesora de Historia del Arte. Ana, como a Elena le pasó con la Literatura, se mostró de pronto muy interesada por la Historia. Ella era mejor estudiante que Elena, pero siempre había preferido las ciencias a las letras. En clase de Historia se mostraba muy participativa y denotaba un gran interés por la materia, hecho éste que no pasó desapercibido para su admirada profesora. Su profesora también mostraba una cierta debilidad por Ana, le encantaba su naturalidad y la alegría de la que siempre hacía gala. Era un auténtico cascabel que alegraba el desarrollo a veces tedioso de las clases. Cuando sacaba a alguien a la pizarra, casi siempre era Ana, si alababa a alguien por su empeño e interés en clase, esa era Ana. Empezó a circular un rumor entre los alumnos y alumnas de la clase sobre que Ana estaba especialmente considerada por la profesora (se solía decir que estaba enchufadada). Esto a Ana interiormente le encantaba aunque cuando lo escuchaba, se mostraba falsamente molesta. Ana hablaba con Elena y ésta le iba contando la evolución de sus relaciones con Pablo, el marido de Elisa. Ana sentía mucha pena por Elisa y veía como cada día que pasaba, estaba más triste y ausente. Se quedaba al final de las clases, hablaba con ella y le contaba chismes y chistes del instituto para que ella se alegrara. Elisa se ponía muy guapa cuando se reía y con ella, a veces sin apetecerle, se reía con ganas.
Un día, sin avisar, Ana, como hizo Elena con Pablo, visitó a Elisa en la tutoría. Ya tenían confianza pues habían desayunado juntas algunas veces en el bar del instituto. Le dijo si podía, aunque no fuese su tutora (su tutor era Pablo), atenderla un momento. Elisa le dijo que por supuesto que sí, ¿qué es lo que te ocurre?, le preguntó. Ana le contó que estaba preocupada pues desde hacía tiempo se sentía atraída por las mujeres y que eso podía causar un grave problema en su familia y temía que también los demás, la rechazasen por ser diferente. Elisa, muy comprensiva, le dijo que su sexualidad era sólo suya y que tenía que vivirla a su manera no a la manera de los demás. Llegó a confesarle que ella misma aunque estaba felizmente casada con Pablo, había tenido relaciones esporádicas con otras mujeres. Le dijo que la sexualidad de cada uno es algo íntimo y que no tenía por que ir contándolo por ahí si no le apetecía. Podía permanecer el ámbito de lo privado. Además, le dijo que no es mejor una sexualidad que otra, son todas diferentes y maravillosas a la vez. Elisa le dio un tierno abrazo y le besó las mejillas. Ana volviendo la cara descuidadamente, en el momento de los besos, consiguió que el segundo beso de Elisa se posara en sus labios. Elisa con la unión de sus labios, pareció bloquearse momentáneamente o por lo menos a Ana así se lo pareció. Ana rompió el ensimismamiento de Elisa, cuando cariñosamente le dio las gracias y cogiéndole las manos se despidió de ella. Ana alargó por un instante el momento de la separación de sus manos en un gesto que a Elisa no le pasó desapercibido. Pasaron unos días hasta que Elisa le dijo a Ana a primera hora de la mañana, que se pasase al finalizar las clases por la tutoría, pues tenía un libro que entregarle, en referencia a lo que habían hablado, días atrás, en la tutoría. Ana muy nerviosa, apenas pudo concentrarse en las siguientes clases de esa mañana. Cuando las clases finalizaron, Ana con el corazón saltándole en el pecho se dirigió ilusionada al despacho de Elisa. Tocó suavemente antes de entrar, allí estaba Elisa de espaldas a la puerta y mirando por el ventanal de su despacho. Estaba muy elegante y muy sexy. Llevaba un vestido de chaqueta ajustado que marcaba muy bien su estilizado cuerpo. El pelo lo llevaba recogido en un precioso e informal moño con preciosos mechones sueltos que le daban a su cara un sugerente aire juvenil. Al notar su presencia, Elisa se giró, y con un libro en la mano se dirigió hacia ella. A Ana le gustaban las pollas gordas, como esas que se ven por las cams. Se lo ofreció y la animó a leerlo pues le dijo que pensaba que le podía venir muy bien. Era el libro que ella había consultado cuando pasó por una época confusa respecto a su sexualidad. Se lo había comprado esperando que le fuese útil y se lo regalaba con mucho gusto. Ana se emocionó muchísimo, agarró el libro y se puso a llorar. No estaba acostumbrada a estas atenciones y al venir de ella la emoción le pudo y se derrumbó. Se sintió avergonzada y Elisa contagiada por su emotiva respuesta, se mostró emocionada también. Se acercó a ella y con su lengua enjuagó sus lágrimas. Ana ofreciéndole su boca se abrazó tiernamente a su cintura. Elisa aceptó su invitación y la besó apasionadamente. Ana pudo saborear el dulce sabor salado de sus lágrimas en los labios de ella.
Besándose tiernamente se fueron desnudando. Los pechos de Elisa eran pequeños como los suyos pero más redondos. Eran un poco más abultados y para Ana mucho más sexis. Ana le besó apasionadamente el cuello mientras sus cálidos senos se rozaron. Elisa se abandonó a la infantil glotonería de Ana. Ésta, la besó a lo largo de su estilizado cuello y le acarició con los labios, tiernamente los pechos. Los pezones de Elisa, se erizaron al instante como si de un mecanismo se tratara. Ana los acarició con la lengua y los introdujo en su boca. Elisa agarraba del pelo a Ana mientras acompañaba sus movimientos. La pareja disfrutaba de sus cuerpos desnudos. Ana succionó los pezones de Elisa como si de un bebé de cría se tratase. Los contenidos gemidos de Elisa, le indicaban claramente a Ana el enorme disfrute que a Elisa, le producían sus caricias. Con la lengua recorría en un movimiento circular las preciosas aureolas de su profesora. Eran como dos hermosas lunas llenas tropicales de color chocolate. La tumbó sobre el sofá y la besó a lo largo de su excitado cuerpo. Elisa, debido al placer de las caricias que Ana le procuraba, arqueaba lujuriosamente su cuerpo mientras su alumna continuaba con su placentera tarea. Acarició su tersa barriga y le llenó de besos su suave felpudo. Se dirigió hacia su deseada concha, pero antes le acarició con la lengua sus depiladas inglés. Cuando sus besos y bocados descargaron en la zona del interior de los muslos de Elisa, Ana pensó que se lastimaría por el exagerado arco que, debido a su sensual goce, a veces dibujaba con la espalda. La dejó que relajase sus lumbares y cuando estuvo con todo su cuerpo descansando en el asiento del confortable sofá, se dispuso a saborear su maravillosa vulva. Los labios del sexo de Elisa, dócilmente se entreabrieron al contacto de la lengua de Ana. Era tal el erotismo como el de una de esas parejas amateurs que se graban por cam por primera vez. Con ella recorrió la longitud de su raja hasta llegar a su escondido botón erecto. Los gemidos abortados de Elisa, acompañaban sus lentos movimientos. Con mucho cuidado le introdujo uno de sus dedos en su acogedora hendidura. Mientras le acariciaba el interior de su vagina, con la lengua rodeaba en un movimiento sin fin su preciosa roseta erecta. Elisa esclava del placer, la agarró del cabello y arqueando con fuerza su cuerpo, se abandonó física y mentalmente a un placentero éxtasis. Ana, la dejó reposar tranquilamente y acomodándose a su lado, la abrazó e introdujo uno de sus muslos entre las piernas de Elena; pudiendo disfrutar así de los últimos estertores de su sensual goce. Así quedaron por un tiempo, hasta que se vistieron y sin poder dejar de abrazarse y besarse, lograron despedirse antes de salir.
Desde ese feliz momento sus vidas quedaron estrechamente unidas en el día a día. Se veían a diario en el Instituto y cuando por sus responsabilidades de trabajo Pablo debía ausentarse de la ciudad ellas aprovechaban para afianzar su amor. Ana sabía por Elena las fechas de las responsabilidades de trabajo de Pablo antes que Elisa. Pero nunca le dijo nada. Y cuando ésta se sentía moralmente responsable de su doble vida respecto a Pablo, Ana rápidamente sabía como aliviarla de esa carga. Todas las tardes de los domingos y los fines de semana, Ana los pasaba con Elisa mientras Pablo asistía, en teoría, a los partidos de su equipo. Elisa, feliz con Ana, se conformaba pensando que él estaba contento y ella en la gloria.

Finalmente, esto lo añado yo, Pablo y Elisa se fueron separando hasta llegar a divorciarse. Elisa se trasladó a otra ciudad y ahora vive felizmente con Ana. Pablo sigue en el mismo instituto y acabó rehaciendo su vida con una de sus alumnas y la sensual Elena, se juntó con un músico ambulante Jamaicano y viven juntos en Madrid, desde hace bastante tiempo

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